Martín Caparrós, reconocido escritor y periodista argentino, reflexionó sobre diversos aspectos del periodismo contemporáneo durante el V Encuentro de Periodismo Iberoamericano. En un diálogo con Gumersindo Lafuente de Eldiario.es, Caparrós abordó de forma amena, atractiva y siempre lúcida; temas como el riesgo en la profesión, las decepciones con el público, la evolución de los nuevos medios y apuntes generales sobre el periodismo de hoy.
El periodismo, una profesión de riesgo
Es cierto que hay algunos países, varios países, mucho más de los que querríamos en América, en los cuales el periodismo es una profesión de riesgo, básicamente México y buena parte de Centroamérica. En esos países, además, el riesgo suele ser también una cuestión de clase, porque no suelen matar periodistas de los grandes medios metropolitanos, sino de pequeños diarios o pequeñas publicaciones o radios locales que, por supuesto, están mucho más indefensos. Al mismo tiempo, hay toda una cantidad de países donde no es peligroso, quiero decir, en Argentina o en Chile, bueno, Uruguay... donde el peligro es que te insulten, pero no hay periodistas que mueran por el ejercicio de su profesión. Entonces, creo que habría que separar un poco estas distintas realidades, el problema..."
El público decepciona
Era un día de marzo de 2020, tenía que hacer mi columna para el New York Times y se me ocurrió hacer esa columna viendo cuáles eran las noticias más leídas de algunos de los diarios más prestigiosos de América Latina. Elegí varios periódicos de cada país y, en un momento determinado, a una hora específica, busqué las listas de las notas más leídas. Con enorme decepción, descubrí que de las 50 noticias que podían integrar esa lista, quizás había dos o tres que un periodista hubiera querido firmar. El resto eran policiales malas, farándula tonta, listas de estupideces. Entonces, ese día publiqué un artículo con el título "Contra el público", preguntándome si, al ver lo que el público demandaba, no había que empezar a hacer periodismo contra el público, es decir, contra esa demanda de público, no a favor de ella. Si no basándose en lo que uno cree que tiene que contar, para eso estamos, para eso nos hemos pasado muchos años en este trabajo, estudiándolo, pensándolo y conversándolo, para tener ciertas ideas sobre lo que vale la pena ser contado y lo que no. Entonces, pasar a ser víctimas de la voluntad o el deseo de un público muy opinable me parecía un error espantoso. Durante un tiempo hablé de eso, de hacer periódico contra el público. Después me puse un poco socialdemócrata y comencé a decir que por qué no hacíamos periodismo para un público que no existe que sería una manera más o menos dulce decir lo mismo. La idea era que haciendo periodismo para ese público inexistente pero es el que uno querría tener, podría contribuir infinitesimalmente a la construcción de ese lector idealizado.
Apuntes sobre el periodismo (que tal vez esté en extinción)
Se ha repetido tantas veces que "el periodismo es contar eso que alguien no quiere que se cuente"... yo querría quizás modificar esa frase y pensar que "el periodismo es contar algo que muchos no quieren que les cuentes y que no tienen ganas de escuchar" o que creen que les interese o que no estén pensando en eso, es algo que muchas veces hacen precisamente estos medios pequeños.
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Tal vez tengamos una idea romántica del periodista que trabaja solo y lleva gabardina. Eso ha cambiado y actualmente es un trabajo de equipos donde se dividen en roles de acuerdo a los saberes técnicos, a veces incluso los lugares donde trabaja cada uno en coordinación. Es un cambio muy grande que se ve muy claramente en los medios supuestamente chicos a quienes a veces se descalifican por el tipo de financiación que tienen, "...a estos les paga Soros" y que terminan siendo los que cubren esas noticias que el público main stream no quiere ver.
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Respecto de los tipos actuales de financiación (en este Encuentro precisamente se expuso una amplia galería de sistemas de sostenibilidad no tradicional) yo creo que tiene bastante más mérito que te financie tu lector o una fundación a que lo hagan las empresas tradicionales.
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El problema en el periodismo en America Latina radica en que tal vez cno estamos narrando la realidad de nuestros países de una manera que permita comprender por qué suceden eventos como el plebiscito en Colombia, la elección de Trump, o el surgimiento de figuras como Milei o Bolsonaro. Pareciera que esos acontecimientos nos toman por sorpresa y nos resulta inexplicable, como si no viviéramos en el país donde suceden estos fenómenos que tanto extrañamos. Creo que los periodistas no estamos narrando adecuadamente nuestras realidades, o tal vez el error sea anterior, relacionado con lo que nos enseñaron cuando estudiábamos periodismo: centrarnos en la vida y obra de los poderosos, los ricos y famosos, los futbolistas, alguna figura atractiva y algún cantante. En lugar de eso, deberíamos ocuparnos de contar nuestras vidas, de tratar de entender nuestra realidad cotidiana, cómo somos y qué sucede en nuestras sociedades. Quizás, si lo hiciéramos mejor, podríamos evitar la llegada de personajes populistas de extrema derecha que, al menos en Argentina, no han dado resultados positivos en ningún aspecto.
La Argentina de Milei
En Argentina no veo reprimiendo o censurando periodistas, sobre todo porque en estos primeros días, por lo menos desde que asumió, da la sensación de que no va a tener ninguna necesidad de hacerlo. Es muy impresionante cómo la prensa tradicional argentina como La Nación, Clarín, etc., y todos los medios de televisión y de radio que estos conglomerados incluyen, se hizo mileista de pronto y descubrieron que se habían confundido, que habían creído que el señor era un poco raro y de pronto ahora les parece espléndido.
Esta mañana vi un detalle que pone en escena esto: en el discurso de asunción del Presidente Javier Milei, dijo que estábamos en una "situación muy difícil pero que había una luz al final del camino"... el camino ya tiene luz, no tiene por qué estar oscuro. Es obvio que se refería a "una luz al final del túnel", pero lo dijo así. Pues bien, los editorialistas políticos de los grandes medios citan esa frase corregida y entonces, para ellos, Milei dijo "que hay una luz al final del túnel". ¡Es falso! no es que sea algo muy importante, pero es mentira. Él no dijo eso y esto me parece un síntoma muy pequeño pero significativo de cómo, de pronto, se apuran a cambiar el tratamiento periodístico sobre el nuevo presidente, lo que probablemente va a permitir hacer muy buenos negocios.
El periodismo de hoy
En un mundo donde hemos perdido el monopolio de la actualidad y la hegemonía sobre lo urgente, los periodistas nos enfrentamos a la necesidad de reinventarnos. Durante siglos, tuvimos el control exclusivo de la actualidad, pero esos tiempos han quedado atrás. La rapidez con la que las personas se enteran de los acontecimientos a través de diversas vías nos plantea el desafío de encontrar nuestro lugar. ¿Qué nos queda a nosotros, los periodistas?
En esencia, contamos con dos fortalezas distintivas. Por un lado, la capacidad de narrar; sabemos contar mejor, investigar y profundizar en historias para presentarlas de una manera única y con estilo. Por otro lado, tenemos la habilidad de analizar. Nuestro trabajo nos proporciona la capacidad de contextualizar información de manera que aquellos que proporcionan noticias de último momento no pueden hacer, ya que no se dedican a ello y carecen de esa destreza. Estos son nuestros diferenciales clave.
Es importante reconocer que muchas de las funciones que solíamos desempeñar han sido asumidas por otros tipos de medios, ya sean artificiales o no.
Además, debemos aceptar que es posible que ya no nos lean tanto ni seamos tan importantes…
