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La resistencia de los periodistas centroamericanos en el exilio

Profesionales del periodismo centroamericano compartieron sus experiencias en una de las charlas del V Encuentro de Periodismo Iberoamericano. Esta mesa fue moderada por Neus Tomás, directora adjunta de eldiario.es. Desde el asedio gubernamental hasta la lucha por la sostenibilidad en el exilio, los relatos de Carlos Dada, Carlos Fernando Chamorro, Luz Escobar y Ramón Zamora revelan un escenario donde la libertad de prensa es una lucha y una construcción desarticulada.

15 dic 2023 l Leída 1.722 veces l 5 min l Compartir noticia
La resistencia de los periodistas centroamericanos en el exilio

La periodista Neus Tomás, directora adjunta de eldiario.es, desempeñó el papel de moderadora en la mesa que congregó a cuatro profesionales de la comunicación originarios de Centroamérica y unidos por una circunstancia común: ejercen su labor desde el exilio en defensa de la libertad de prensa en sus países de origen.
Comenzó con la presentación de cada uno de los participantes: Carlos Dada, director de El Faro de El Salvador (intervino por videoconferencia desde Holanda); Carlos Fernando Chamorro, director de Confidencial de Nicaragua (también participó de forma telemática desde Costa Rica);  Luz Escobar, periodista cubana exiliada en Madrid y actual colaboradora de Diario de Cuba y Ramón Zamora, gerente de producto de El Periódico de Guatemala e hijo de José Ruben "Chepe" Zamora, quien se encuentra en prisión desde hace más de un año.
 
Ejercer el periodismo desde el exilio implica enfrentar un desafío constante: informar sobre tu país sin estar presente físicamente. Estos profesionales, comprometidos con la lucha por la democracia y los derechos fundamentales, se esfuerzan por cultivar y preservar la seguridad de sus fuentes de información. Mantener una conexión efectiva con el país del que se han visto obligados a marcharse implica una labor ardua de cuidado y vigilancia. Sin embargo, de este esfuerzo conjunto surge la posibilidad de construir y mantener un medio sustentable económicamente fuera de su lugar de origen. Este es el denominador común en la titánica labor de estos periodistas, quienes comparten una realidad compleja y desafiante.
 

Carlos Dada (El Salvador)
Su situación no es simplemente un exilio personal, sino que El Faro, el periódico del cual es director, ha tenido que exiliarse, transformándose de un medio salvadoreño a uno costarricense. El acoso sistemático del régimen de Nayib Bukele, que controla todos los poderes del Estado, junto con una persecución fiscal, judicial y penal, amenaza la independencia de los medios restantes en El Salvador, exponiéndolos a ser cooptados por el régimen y convertidos en instrumentos de propaganda, o incluso cerrados, como sucedió con El Periódico en Guatemala. Después de 25 años de independencia periodística, El Faro optó por el exilio para preservar su autonomía. Este proceso incluyó el traslado a Costa Rica, pero aún enfrentan dos desafíos cruciales: salvar a los periodistas, muchos de los cuales permanecen en San Salvador, y continuar practicando el periodismo en condiciones similares a las de Carlos Fernando Chamorro y sus colegas de Confidencial en Nicaragua.
 
Carlos Fernando Chamorro (Nicaragua)
El periodismo en el exilio en su caso no es una situación temporal, sino permanente. Afronta diversos desafíos, desde la supervivencia y el desarraigo personal hasta la necesidad de adaptar el modelo de sostenibilidad ante la criminalización de sus anunciantes. La financiación proviene de la audiencia, lectores, la monetización en YouTube y algunos anunciantes. Sin embargo, este proceso se complica por los mayores costos en Costa Rica en comparación con Nicaragua, generando un desafío significativo para la sostenibilidad. El segundo desafío es la seguridad de las comunicaciones, crucial para preservar las pocas fuentes en Nicaragua y garantizar la confidencialidad de la información. Chamorro destaca la necesidad de mantener la conexión con Nicaragua, monitoreando redes sociales y preservando fuentes que informen sobre la crisis interna, las olas migratorias y el impacto de la vigilancia y el espionaje del régimen en las bases de sustentación interna.
 
Luz Escobar (Cuba)
En Cuba, bajo la dictadura que perdura por más de sesenta años, la decisión de adentrarse en el periodismo conlleva la certeza de estar bajo una constante vigilancia gubernamental. La instalación de software como Pegasus en tu teléfono ni siquiera es necesaria, ya que la seguridad del Estado monitoriza todas las conversaciones. Al embarcarte en el periodismo independiente, te conviertes automáticamente en blanco de esta vigilancia estatal, no se trata de mafias organizadas ni de partidos políticos, sino del propio poder del Estado. Los diarios independientes resultan inconvenientes para el régimen al revelar una realidad que intenta ocultarse. En Cuba, todos los servidores están bloqueados, y divulgar conversaciones telefónicas o chats de periodistas por televisión no sería motivo de escándalo. Salir a la calle implica precauciones para evitar que, en caso de arresto, no roben información al confiscar tu teléfono. Se evita llevar ordenadores y se establecen códigos para informar a allegados en caso de detención. Tanto en 14ymedio como en Diario de Cuba, las redes sociales son herramientas fundamentales, no solo para obtener información sino también como espacios de denuncia, una táctica empleada en varias ocasiones. Muchas noticias que se generan a partir de alertas en redes sociales, requiren el contacto directo con la fuente para obtener detalles y confirmación. Aunque en Cuba, al igual que en los casos de mis colegas, las fuentes son anónimas y es un desafío corroborar la información con dos o tres fuentes adicionales.
 
Ramón Zamora (Guatemala)
La detención de mi padre marcó el inicio del hostigamiento a los anunciantes de nuestro medio. El Gobierno implementó un seguimiento exhaustivo de todos nuestros patrocinadores, publicando diariamente una lista de empresas que se anunciaban en El Periódico con acusaciones de lavado de dinero. Esta estrategia generó un comprensible temor entre los anunciantes, aunque algunos fieles resistieron a pesar de las intensas presiones y ataques recibidos. Desde 2013, los clientes de El Periódico relataban que, al salir los equipos de marketing o publicidad de las empresas de nuestras oficinas editoriales, recibían llamadas de la vicepresidenta del país amenazando con abrir causas legales si continuaban anunciándose en nuestro periódico.
Fue en este contexto cuando nos vimos obligados a explorar nuevos modelos de financiación. En 2020, en medio de la pandemia, lanzamos nuestro modelo de suscripciones digitales en busca de otras formas de viabilidad. Sin embargo, entre todas estas presiones, mantener el periódico a flote se volvía una tarea sumamente dificil
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Ver también:

Periodismo y Exilio. Carlos Fernando Chamorro, Director de Confidencial. Nicaragua

Periodismo y Exilio. Ramón Zamora, Gerente de producto de El Periódico. Guatemala

Periodismo y Exilio. Luz Escobar. Diario de Cuba

Periodismo y Exilio. Carlos Dada, Director de El Faro de El Salvador
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