Por Ramón Carlos Baratech
Iniciativa posiblemente inédita en la historia del periodismo español. Doce diarios editados en Cataluña han publicado hoy, un mismo editorial en el que bajo el título de "La dignidad de Catalunya" ponen en tela de juicio la capacidad del actual Tribunal Constitucional para emitir un juicio sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad del Estatut aprobado tanto por el pueblo catalán a través de las urnas, como por el Parlament de Cataluña y por las Cortes Generales.
El texto ha aparecido en El Periódico de Catalunya, La Vanguardia, Avui, El Punt, Diari de Girona, Diari de Tarragona, Segre, La Mañana, Regió 7, El 9 Nou, Diari de Sabadell y Diari de Terrassa.
Las reacciones no se han hecho esperar dentro de la propia profesión periodística. La noche anterior, ya en el programa "El gato al agua" de Intereconomía TV, los contertulios periodistas señalaban un cierto paralelismo entre esta uniformidad de los doce diarios catalanes, con los "remitidos de obligada publicación" frecuentes durante el franquismo anterior a la aprobación de la Ley de Prensa de Manuel Fraga. Y el mismo jueves, "El Mundo" publicaba un editorial bajo el título de "Es imposible decir más falsedades con peor intención en menos espacio". El diario que dirige Pedro J. Ramirez calificaba el editorial como "inaudito" y al día siguiente descalificaba el texto, punto por punto. De cualquier forma, y sin entrar en detalles sobre el contenido del citado editorial, generalizando creo que es malo para la salud democrática de España lo que está ocurriendo en torno al Estatut y al Tribunal Constitucional. Es negativo para todos mezclar temas y entrometer la Política en el terreno de la Justicia. La separación de los Poderes, columna vertebral de todaDemocracia, es lo que estos días noto a faltar en España. Cada uno que haga su particular examen de conciencia e incluyo en el mismo paquete a los políticos, a los parlamentarios, a los miembros del TC y a los medios de comunicación.
Todos tienen sus derechos a defender, y también sus obligaciones a cumplir. Pero además, de acuerdo con Montesquieu, los tres poderes, el legislativo, el ejecutivo y el judicial, deben estar perfectamente aislados el uno del otro para que la democracia funcione. Y en este caso concreto, calificar de constitucional o no constitucional un texto aprobado por el pueblo catalán, no corresponde ni a los periodistas ni a los políticos, sino al Tribunal Constitucional, que para eso está creado y para eso sufragamos su funcionamiento con nuestros impuestos.